En 1872 en el puerto de Le Havre Claude Monet pintó un cuadro que dio origen y nombre a uno de los movimientos pictóricos más relevantes de finales del siglo XIX, esencial para entender el posterior desarrollo de las vanguardias. Impresión, sol naciente está considerado el primer cuadro impresionista de la historia, y en él Monet ya plasmaba las principales características de una forma de entender la pintura que fue incomprendida al principio por sus ansias rupturistas con el clasicismo imperante. La obsesión por capturar la esencia de la luz, el encuadre accidental, la pincelada suelta o los temas mundanos (lejos de la solemnidad religiosa o aristocrática tradicional) fueron comunes en el propio Monet y también en Edgar Degas o Auguste Renoir.
Entender la forma de mirar e interpretar el mundo del artista francés es uno de los objetivos de la exposición Monet. La experiencia inmersiva en el Centro de Artes Visuales Ideal de Barcelona. A través de proyecciones de gran formato en 360 grados (con 30 proyectores láser) y de simulaciones de realidad virtual, los visitantes pueden no solo introducirse en los cuadros del pintor, sino viajar a los lugares fundamentales de su biografía. La propuesta de esta exposición encaja perfectamente en el triángulo “arte, ciencia y tecnología” que Jordi Serras, director del centro, sitúa como piedra angular de la filosofía de trabajo de Ideal.
En esta misma intersección se sitúan las obras del colectivo Ouchhh con sede en Estambul, quienes, explica Serras buscan mostrar “como los ceros y los unos, los bits, se pueden transformar en algo físico, prácticamente orgánico”. Para su exposición inmersiva POETIC AI, el colectivo seleccionó unos 20 millones de líneas de texto extraídas de diferentes libros y artículos escritos por científicos muy relevantes y los transmitieron a una inteligencia artificial. Este software creó un nuevo discurso a través del big data en clave poética que puede proyectarse en 3D. Ouchhh, cuyas obras se han expuesto en los principales festivales y encuentros artísticos digitales del mundo, se ha caracterizado en todos sus trabajos por su espíritu multidisciplinar y su habilidad para conjugar formatos y plataformas como la escultura cinética, el vídeo mapping o el 3D.
Natalia Sprenger se ha sumergido en ambas exposiciones y ha comprobado si, como asegura Serras, el Centro Ideal es un modelo del futuro que le espera al cine y a los museos.
Edición: Natalia Sprenger | Noelia Núñez | Ainara Nieves
Texto: José L. Álvarez Cedena
